Alcalá de Henares, España. Celestino Fernandez Andrada, hoy retirado de IBM después de haber trabajado más de treinta años en la empresa es, sin duda, un testimonio viviente de aquellos días:
"Varios años antes del nacimiento de la PC ya trabajaba como técnico de IBM. Conocí en la fábrica de la Compañía en Greenock (IBM Reino Unido) el nacimiento del hermanito mayor de la PC. Un terminal "tonto" que se conectaba directamente a una Unidad Central de Proceso y permitía a un usuario efectuar directamente trabajos con datos centralizados.
Era el principio del teleproceso electrónico, dado que ya existía un teleproceso electromecánico"."Aquello era un paso gigantesco en la telemática que impulsó, entre otras técnicas, la enseñanza individual asistida por ordenador".
Agrega:
"Poco después la ingeniería del "empaquetado de circuitos" permitió que máquinas de procesos de datos, que eran verdaderos mastodontes, quedaran en una carcasa vacía con la circuitería reducida al tamaño de un paquete de cigarrillos. Equipos de procesos de datos cuyas unidades centrales poseian una "memoria" de varios kilobytes, fueron súbitamente desplazadas por una PC de sobremesa, cuya memoria interna multiplicaba su capacidad varias veces."
Evoca entonces:
"Como toda innovación técnica la PC nos trajo el mundo que vivimos pero dejó atrás un mundo, digamos, "poético" que sembraba en sus profesionales un sentimiento profundo de que
eran ellos quienes tenían todo el poder sobre la máquina".
"No sé cómo explicar lo que sentíamos. En ese momento, la PC acabó con el programador que tenía que inventar sus aplicaciones escribiendo sus programas en un lenguaje a nivel electrónico: el assembler. Acabó con las secretarias perforistas que tenían que codificar instrucciones en código
Hollerith en tarjetas de 80 columnas. Acabó con el personal operador de las instalaciones de proceso de datos que tenían que clasificar, grabar cintas o discos, manejar impresoras, consolas de CPU, etc. La PC y el teleproceso inalámbrico acabó con todo eso. La PC fue puenteando a la gente y dejándola en el camino. Yo siempre me adapté positivamente al cambio, pero hubo gente que lo sintió como una enorme pérdida. Y no se adaptó".
Y concluye:
"Hay gente que sostenía que todo este cambio iba a posibilitar que los humanos realizáramos tareas más creativas. Puede ser, pero no estoy seguro. Veo a la gente usar más y más su propio cerebro como si usara a la computadora en su expresión más reducida.
Mecánicamente".
Lo que más me preocupa es:
¿Cómo vamos a hacer para adquirir el conocimiento necesario para resolver los problemas tan complejos que hoy tiene el mundo si sub-utilizamos el cerebro de este modo?"